Regresiones

Las Regresiones consisten en traer a la conciencia los recuerdos de experiencias traumáticas anteriores, que están perturbando nuestra vida actual.
Muchos de los problemas psicológicos, tienen sus orígenes en experiencias no resueltas en vidas pasadas.
  
Hemos vivido en la Tierra con muchos cuerpos distintos, en muchas épocas y lugares distintos, bajo muchas circunstancias distintas, para cumplir el propósito que nos hemos marcado para la evolución de nuestro espíritu.

Al renacer en una nueva existencia, perdemos la conciencia de nuestra identidad anterior; hasta que no se sanan estos recuerdos,nuestra memoria celular continuará reaccionando, como si de heridas reales se tratara, actuales y dolorosas, como si acabaran de suceder.

Muchos tenemos tropiezos y dificultades en la vida, al sentirnos enojados por estar aquí; en lo más profundo del alma nos resistimos a la prueba que tenemos que pasar, no lo aceptamos, nos rebelamos, y este es el motivo del dolor y sufrimiento.
En el momento que aceptamos la prueba, y tomamos el destino en nuestras manos, todo empieza a cambiar; cuando hacemos lo que venimos a hacer, todo resulta más fácil, porque el camino ya está marcado y sólo hay que recordar las señales. 
Todavía seguimos aprendiendo a través del dolor... sólo cuando experimentamos el dolor y el sufrimiento en nosotros mismos, tomamos conciencia del dolor de los demás.

Al revivir la experiencia original, haciéndola consciente y presente, la emoción sale de nuestro cuerpo; se experimentan las sensaciones físicas de esos momentos, ya que es a través del cuerpo físico, donde el alma drena, purifica, limpia y libera las emociones atrapadas; cuando el alma se desprende del dolor, llega el aprendizaje. 
Una parte importante de las Regresiones es identificar los mandatos, promesas, pactos, juramentos, etc y desactivarlos.
A través de los reencuentros, se saldan las deudas del pasado, se reparan los errores cometidos y se transmutan las viejas enemistades, en vínculos de amor.


Durante la vida fetal, nacimiento y primera infancia, en cuanto ocurren circunstancias traumáticas, se reactivan incidentes de vidas pasadas. 
En la 'Vida Fetal' y la 'Recuperación del Niño Interior', se reviven estas experiencias de las primeras etapas de la vida actual.


Vida Fetal
Las mujeres, como los hombres, nos creamos en el útero de nuestra madre; bebemos sus emociones, sentimos todo aquello que acontece en su cuerpo, mente y espíritu. Es nuestro universo durante nueve lunas y constituye nuestra esencial referencia de la vida humana. 

  

La fecundación es una cita para tres: el ovulo, el esperma y la chispa divina (alma). Debido a la presencia del alma, el feto tiene una extraordinaria sensibilidad para recibir y registrar las mínimas sensaciones de su madre.

Nada afecta más a la madre que la relación con su pareja, y sus consecuencias emocionales son vividas por el feto como propias; prácticamente madre y feto funcionan como una sola alma... Si la madre es rechazada por su pareja o sus familiares, sentirá que él también es rechazado y hasta puede sentirse culpable de ese rechazo.
Si el padre espera un hijo varón y el feto es niña, el alma puede tomar decisiones en el útero, que condicionarán toda su vida; puede sentirse culpable por no ser lo que su padre espera que sea, o tomar la determinación de ganarse su amor, sometiéndose a su voluntad y más adelante, reproducirá esta conducta en cada vinculo afectivo que establezca.
Frente al rechazo, la agresión o la indiferencia, el bebé puede reaccionar con impotencia, odio, culpa o pánico, deseos de venganza, etc., originando así pautas de conductas y conflictos emocionales que se manifiestan más tarde en la vida adulta... Nos comportamos en la vida, tal como hemos nacido.
El sólo hecho de que los padres  hayan pensado en algún momento del embarazo, la posibilidad de abortarlo, aunque luego no lo lleven a cabo, es suficiente para que ya no se confíe en ellos, se rechacen, se viva con miedo esperando la muerte en cualquier momento, o se sometan completamente a su voluntad, para ganarse su amor y asegurarse su supervivencia; si el aborto tiene lugar, sus consecuencias emocionales se manifestaran entonces en la vida siguiente.

En todo nacimiento, el bebé revive la agonía de una muerte anterior; hay una relación directa entre las experiencias traumáticas de otras vidas y el nacimiento.
Es mucho más traumático y difícil nacer que morir...Morir es liberarse...Nacer es comenzar la tarea: es descender a un mundo donde se experimenta el dolor, se asumen responsabilidades y obligaciones, que tal vez no estemos muy deseosos de realizar. 
Para muchas personas el nacimiento puede llegar a ser la situación más traumática de su vida; es el ingreso a lo desconocido... Cada vez que debemos iniciar algo nuevo en esta vida, y que no conocemos, experimentamos de nuevo esa sensación; esta es una de las esfinges, trabas,  más importantes que debemos atravesar en la vida.


El bebé puede negarse a nacer, enroscándose en el cordón, haciendo fuerza con las piernas, cerrando los ojos, negándose a respirar...Todo esto se reproducirá en las circunstancias claves de la vida, como a la hora de tomar decisiones vitales, de emprender proyectos importantes o cambiar de trabajo.

No es lo mismo que la madre vea a su bebé saliendo de ella misma y que tome contacto con él antes de que se corte el cordón umbilical, que verlo varias horas o un par de días después... Se pierde la magia del primer encuentro... Eso es algo irrecuperable, que incidirá en la comunicación y en el vinculo madre-hijo para toda la vida; la consecuencia del empleo de anestesia general en el nacimiento, ya sea parto o cesárea, implica el efecto inmediato de desconexión madre-hijo.



Al reproducir de nuevo el nacimiento, de una forma consciente, se imprime un nuevo registro neuronal y cambia la forma de actuar en la vida; puede ser determinante para cerrar y poner fin a una historia del pasado.

  
Recuperación del Niño Interior

Cuando piensas en un niño, vienen a tu mente una serie de características, como imaginación, inocencia, creatividad, libertad, sinceridad, potencialidad... Ese es el niño interior, esa es la energía característica primordial que se asocia a ese concepto.


Todos sabemos lo que es sentirse como un niño, porque ya fuimos niños; y porque como arquetipo, late en nuestro interior... Quiere despertar, impulsarnos a no tener miedo, a saber que todo es posible.




No se trata aquí solo de sanar la propia infancia, sino de restablecer la conexión con la energía arquetípica de la niñez, que permite así sanar aquella etapa e integrar al ser humano con uno de sus aspectos.

Hablamos del niño  herido, cuando esas potencialidades son limitadas de alguna manera, y no permiten a la persona expresarse libre y creativa-mente en su vida adulta, en una o varias áreas de su vida. Este niño herido, cede su poder creativo a otros, sean personas, situaciones o ideas, pues ha olvidado su esencia de puro potencial.

Comprender la esencia arquetípica del niño interior, despertarla en cada uno, permite sanar al niño herido y re-descubrir el poder creador que habita en cada uno; aprendemos a adquirir más seguridad, a dar y recibir alabanzas, afectos, ternura, liberar miedos, dolencias, tensiones, rabia, tener más alegría, salud y bienestar.

No basta con recordar, es la re-vivencia de los traumas del pasado con toda su carga de emociones y sensaciones lo que depura el alma y borra el síntoma, cuando la energía es liberada desaparece el síntoma.


Metodología. Son sesiones conducidas y asistidas donde se entra en conciencia expandida; este estado te permite estar consciente en el aquí y ahora y también de lo que se está re-experimentando simultáneamente, se tiene conciencia de otra dimensión; las imágenes, sensaciones y emociones surgen espontáneamente, es un encuentro con el alma. 
  
El estado de conciencia expandida, es una capacidad natural del ser humano y en muchos momentos de nuestra vida, en estado de vigilia y ante ciertas circunstancias, puede ocurrir que entremos en regresión de forma espontánea y no siendo conscientes de ello.
La conciencia no está en el cerebro, sino que lo necesita como receptor, para poder manifestarse en el plano físico; la conciencia está en el alma.

En una sesión se puede conectar con cinco vidas o con ninguna, no  hay limite; es cuestión del tiempo que se disponga, de la capacidad de conexión que la persona posea o tenga ese día. Puede darse que la persona, aunque desee saber causas de algún trauma, tenga resistencias que le bloqueen y no pueda acceder a la vivencia (en cuyo caso recomendamos inicie el proceso de Limpieza Espiritual, y es la médium vidente quien facilita la información de la vivencia traumática).
Cada persona tiene unos canales perceptivos diferentes; hay algunos que visualizan, ven con claridad lo que está sucediendo (personas, ambientes, a ellos mismos), otros reciben a través de lo que sienten y otros utilizan más el canal auditivo, oyen. Pero bien sea un canal u otro, la información llega. Hay veces en lo que se reconoce la época, fechas, país o lugar, o bien por medio de la ropa, ambiente, paisaje, pueden situarse en un lugar o fecha determinada.

En muchas regresiones se suelen identificar personas que se encuentran en nuestra actual vida, tal vez en distinta situación de parentela o con distinto sexo; esto sirve para comprender y clarificar relaciones y comportamientos vinculados a estas personas.

El aprendizaje suele coincidir con las vivencias que se tienen que superar en la actualidad.

Somos Seres espirituales, viviendo experiencias como humanos

De lo que hagamos, vivamos en esta vida, y de nuestras emociones y pensamientos, dependerá nuestra experiencia futura, en este plano físico o en otra dimensión.

Lo que sembramos hoy es lo que cosacheramos mañana


 
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